La familia Precup: afectada por una explosión de gas en Huesca (España)

Publicado en Entrevistas Etiquetado con:

El día 23 de abril de 2009 sobre las 14:45 de la tarde una explosión de gas, en Huesca, destruyó un bloque de 4 plantas con 8 viviendas que estaba habitada por unas 20 personas de distintas nacionalidades.

Han transcurrido, ahora, 2 años y medio desde aquel suceso en el que murieron 3 personas y unas 11 resultaron heridas. Además, varias personas perdieron definitivamente su vivienda y otras muchas sufrieron daños materiales en sus casas.

Entre los ocupantes de la casa estaba la familia Precup integrada por Vasile, su mujer Suzy y su hija Corina de 21 años. Habitaban la tercera planta y los tres estaban dentro en el momento de la explosión.

Con el objetivo de conocer la experiencia vivida en el paso del tiempo y su situación social actual a raíz de la explosión, nos entrevistamos con la familia Precup.

Entrevista a la familia Precup

Comentarnos, ¿qué recordáis de aquél día?
Vasile inicia diciendo que “era un día normal como cualquiera de nuestra vida…teníamos un piso, teníamos de todo… aquel día era día de fiesta [día de Aragón], yo he trabajado hasta las dos y media o más… en la planta baja en el local de la Iglesia Evangélica… he subido a casa y al entrar en casa ha pasado una cosa… no sabía que pasó… y enseguida he visto una luz naranja… en dos segundos toda la casa se ha caído… la cuarta planta se ha caído con todo… vigas, con los muebles de la vecina, todo…”.

Entrevista a la familia Precup¿Cómo reaccionasteis en ese momento?

Suzy relata que en el momento de la explosión ella y su hija Corina estaban en la cocina “muy cerca la una de la otra… preparándonos para comer”, ambas con los platos de comida. Recuerdan que primero cayó un vaso al suelo, lo cual les sorprendió mucho “porque está todo nuevo…”; “luego cayeron pequeñas piedras, luego más grandes y luego cayó todo… el salón estaba lleno de piedras, una montaña de piedras… Corina y yo no nos podíamos ver la una a la otra”. En ese momento Vasile entraba en casa y se dirigía a asearse cuando empezaron a caerle piedras en la espalda quiso acercarse hacia ellas “porque quería estar con ellas” pero ya no pudo, empezó a caer todo, tuvo que retroceder y quedarse en el pasillo de la vivienda y se agachó. “Cuando acabó todo nos gritamos los unos a los otros” entre ellos se buscan. “Todo pasa muy rápido…”. Relatan que pudieron salir por su propio pie ya que “donde estábamos nosotros no ha pasado nada… la parte donde se prepara la comida no ha pasado nada…”. Corina resalta que “fue la parte de la casa que arregló mi padre”. Vasile apunta que al obrar en la cocina, entre otras cosas, puso unas vigas. Comentan los tres que “en cualquier parte de la casa hubiéramos muerto”.

¿Hacía mucho tiempo que vivíais en esa casa?

Llevaban 5 años “todo el tiempo de obras… poco a poco, sin dinero, porque lo he hecho todo yo [Vasile] …hemos cambiado las puertas, hemos tirado un tabique… lo que nos quedaba era cambiar una ventana y el cuarto de estar”.

¿En aquél momento teníais algún familiar aquí, en Huesca?

Comentan que tienen dos hijos más que viven también en Huesca, aunque independientes, “se asustaron mucho… no les dejaron entrar a la casa…”.

A partir de ese momento, os quedáis sin casa ¿qué hacéis?

Vasile comenta “la primera reacción es ver que estamos bien… y ahora ¿cómo podemos ayudar? …no sabemos lo que ha pasado…”. Él tenía alguna magulladura que valoró de escasa importancia, salieron de los escombros y llegaron a la escalera “vemos el cielo… la escalera estaba llena de vigas y de escombros…”. Oían los gritos de los vecinos debajo de los escombros pidiendo ayuda. Vasile valoró que ellas se quedaran en un sitio relativamente seguro y acudió a ayudar a los vecinos. Su vecino de al lado tenía las manos atrapadas “¡Vasile qué ha pasado!” y en la habitación de al lado estaban dos hermanas y dos niñas de 12 y 9 años. Una de las hermanas estaba muerta y otra herida en un pie. A las niñas no les había pasado nada. Vasile volvió a donde se encontraba su mujer y su hija y oyeron, entonces, gritos de su vecina del 4º piso y creían que estaba bajo los escombros, además “sale un chorro de agua”. Iniciaron el desescombro pero descubrieron que sus gritos procedían de la cuarta planta, la localizaron y en ese momento ya llegaron los bomberos. En tanto, oyeron los gritos de otro vecino senegalés y Vasile acudió en su ayuda. Vasile estuvo ayudando a los bomberos durante dos horas y media.

Entrevista a la familia Precup¿Quién os ayuda, cómo os ayuda la gente, desde esos primeros momentos?

“Pues nosotros mismos…” apunta Vasile que estuvo dos días en el hospital y decidió pedir el alta voluntaria porque “necesitábamos estar juntos, hablar”; “después de tantos años de tanto trabajo, te compras tu casa, arreglarla… ya no hay nada”. Madre e hija, tras una valoración en el hospital fueron recogidos por unos amigos rumanos de la infancia que viven en los Olivos, con los que convivieron durante una semana. Comentan que estando en el hospital, los servicios sociales del ayuntamiento les ofrecieron “una habitación en el hotel… que rechazamos en aquel momento porque no sabíamos qué pasaba y al mismo tiempo los amigos nos ofrecían su casa…”. Vasile reconoce que se equivocó en la decisión “porque en casa de unos amigos cuánto te puedes quedar… hubiéramos estado más tranquilos… pero luego ya era tarde… y después ya no han venido más para preguntarnos y no sabíamos cómo hacerlo”. Corina señala que, esa misma tarde, dos amigas del equipo de balonmano en el que juega le facilitaron “ropa, el cepillo de dientes… porque yo no era consciente de lo que había pasado, pensaba que podría ir a casa a recoger las cosas…”. Los Precup comentan que “necesitas intimidad… ellos también… nos buscamos la vida… alquilamos un piso” a la semana de estar conviviendo con sus amigos.

El jefe de Vasile “en ese momento” fue otro apoyo; les ofreció un piso de su propiedad, en el cual la familia Precup pasó a vivir en alquiler. Lograron que, al final, la compañía aseguradora pague dicho alquiler, aunque ahora siguen luchando por este motivo ya que, al tiempo, siguen pagando la hipoteca del piso siniestrado. En este momento continúan viviendo en ese piso alquilado.

Reconocen que “en los primeros momentos la gente se volcó… algún amigo intentó ayudar… pero cuánto te puede dar… 50 euros… 100 euros… pero tampoco pueden dar más…; y después, poco a poco, la gente olvida y te tienes que buscar la vida… la gente hace lo que puede”.

Suzy, que trabaja en una empresa de ayuda a domicilio, comenta que tuvieron un apoyo económico de unos 300 euros del ayuntamiento para cubrir primeras necesidades.

Han pasado ahora más de 2 años, ¿qué queda por resolver?

Se muestran unánimes: “la casa”. Vasile explica que “desde hace 3 meses está parada la obra”. Está todo el exterior acabado: “han puesto las paredes exteriores, el tejado, las ventanas y la puerta…”. “El seguro de la comunidad ha pagado 310.000 euros que se han gastado en el desescombro, arquitectos, licencias,… no sabemos por qué se ha gastado tanto, pero…”. Continuar con la obra exige que los “seguros privados de la comunidad entreguen 72.000 euros… para la escalera, las barandillas, acometida de agua, de luz,… cuando acaben eso ya nos entregan las llaves de nuestra casa”. “Por dentro es hueco pero dicen que es obra menor y me lo puedo hacer yo, pero mientras no acaben la comunidad no me dejan entrar”, apunta Vasile.

Debió ser una experiencia muy dura pero, a pesar de ello, ¿qué creéis que os ha aportado, habéis podido sacar algo positivo de esta experiencia?

Suzy no duda: “que podemos contarlo… que vivimos, que estamos juntos… lo importante es la familia, lo demás…”. Vasile apunta que “la familia está junta, somos más fuertes… Luchas, estás luchando y pierdes todo en un momento”; señala que “luchas y pierdes tantos años de trabajo… porque no ha sido solo el trabajo en España… 22 años en Rumanía… la familia hemos vendido todo y hemos venido con dinero a España… y hemos invertido para ir a la escuela, para comprar todo lo que necesitamos… y se ha ido todo”. Para Corina “no hay mal que por bien no venga… nos ha unido un poco más a la familia”.

Vasile añade que “la gente cuando pierde todo se queja, pero a la semana hemos visto que hemos perdido todo pero hay que conseguirlo otra vez… es difícil pero no imposible… no queremos mucho, vivir tranquilos”.

¿Hay algo que os apetezca añadir?

Corina toma para la palabra para “agradecer a toda la gente que nos ha ayudado”. Y Vasile quiere “un trabajo para mí… que estoy en paro desde año y medio”.

Agradecimientos:

  • A la familia Precup, por ofrecer su vivencia en primera persona.
  • A Ángel Guerrero, director del hotel Pedro I de Huesca que cedió las instalaciones para esta entrevista.
  • A Jara Arnal Torreiro. Periodista.
Últimas entradas de Varios/as autores/as (ver todo)
Una respuesta a "La familia Precup: afectada por una explosión de gas en Huesca (España)"
  1. Fadua dice:

    Ola yo soy una erida d este accidenté me llamo fadua aora tengo 14anios cuando pado esto tenia unos 9 o asi bueno aora ace anios y ey perdido mi tia aora bibo en francia nos mudemos d Huesca ami me tiene mucho Corazon al pensar lo que paso pero bueno aora ba todo bien y saludos à todos

Los comentarios están cerrados.