Experiencia de apoyo psicosocial a intervinientes tras el terremoto de Haití de 2010

  1. Resumen
  2. Datos referenciales de Haití antes de la catástrofe
  3. Algunos datos de la catástrofe de Haití
  4. Punto de partida de la colaboración
  5. Grupos de intervinientes
  6. Sugerencias finales
  7. Enseñanzas
  8. Continuidad de cooperación
  9. Referencias bibliográficas

Resumen

Equipo salud mental. Hospital Jimaní (R. Dominicana)

Equipo salud mental. Hospital Jimaní (R. Dominicana)

El 12 de enero de 2010 se produjo uno de los terremotos más devastadores de la historia mundial en Haití, país fronterizo con República Dominicana y con el que comparte la isla de La Española en el Caribe.

Desde el primer momento, se movilizaron multitud de apoyos internacionales dirigidos a la atención sanitaria, cobertura de necesidades básicas, seguridad y  apoyo psicosocial de la población haitiana; siendo su vecina República Dominicana el primer receptor de heridos y desplazados y, al tiempo, el primero en ofrecer su ayuda.

Transcurridos los primeros días, la Dirección General de Salud Mental de R. Dominicana, valorando el ofrecimiento de apoyo desde el Servicio Aragonés de Salud, con el que mantiene cooperación en esa materia desde hace más de 6 años, solicitó la participación de personal del mismo para dar apoyo psicosocial a su personal y a otros intervinientes sanitarios y no sanitarios.

Este artículo relata el trabajo de apoyo psicosocial llevado a cabo por los autores en el marco del proyecto de trabajo de la Dirección de Salud Mental de R. Dominicana como respuesta a esta catástrofe.

Datos referenciales de Haití antes de la catástrofe

El país haitiano comparte la isla de La Española con la vecina República Dominicana en el mar Caribe, ocupando un área de 27.750 km2, que supone, aproximadamente, un tercio de la isla. Anterior a su independencia, en 1804, fue colonia francesa. Su capital es la ciudad de Puerto Príncipe. Como datos demográficos previos a suceder el evento se apuntan: 1 2

  • Población 9.203.083 habitantes (CIA, 2010).
  • El 95% de los haitianos son principalmente de ascendencia africana y el restante 5% está compuesto por blancos y mestizos.
  • Los idiomas oficiales son el francés y el creòle.
  • La esperanza de vida es de 61.38 años.
  • Es el país más pobre del hemisferio occidental, teniendo para el 2007 un 55% de hogares viviendo con un dólar por persona por día (OMS, 2010).
  • Su índice de desarrollo humano es de 0.532.

Algunos datos de la catástrofe de Haití 3

Albergue de emergencia. Fond Parisien (Haití)

Albergue de emergencia. Fond Parisien (Haití)

El 12 de enero de 2010 a las 16,53 hora local se registró un terremoto en Haití con epicentro a 15 km. de Puerto Príncipe, la capital haitiana.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos el sismo fue de intensidad 7,0 grados Richter. El terremoto fue el más fuerte desde el sucedido en 1770. Se percibió en Cuba, Jamaica y República Dominicana. Los efectos fueron devastadores. Se consideró una de las catástrofes más graves de la historia.

A 25 de enero de ese mismo año se hablaba de 150.000 cuerpos recuperados y se calculó que podrían llegar a ser 200.000 las personas muertas. También habría producido más de 250.000 heridos. En enero de 2011, coincidiendo con el primer aniversario, se dieron a conocer los datos definitivos: murieron 316.000 personas, otras 350.000 resultaron heridas y más de 1,5 millones de personas se quedaron sin hogar.

Según informaciones iniciales más del 60% de las estructuras sanitarias de las zonas afectadas resultaron destruidas total o parcialmente; y unos 3.000 haitianos llegaron a Santo Domingo (República Dominicana).

La Dirección G. de Salud Mental de R. Dominicana hizo un llamamiento interno y puso en marcha un dispositivo de brigadas de salud mental.

Punto de partida de la colaboración

El Servicio Aragonés de Salud (SALUD), dependiente del Gobierno de Aragón, mantiene desde hace más de 6 años, un convenio de colaboración en materia de formación en salud mental con el ministerio de Salud Pública y Asistencia Social de R. Dominicana, con muy buenos resultados y buena satisfacción por ambas partes.

El SALUD, teniendo conocimiento del terremoto, ofreció su disposición de colaboración a dicho ministerio dominicano. Desde ese ofrecimiento, el director de Salud Mental de R. Dominicana, Dr. José Mieses Michel, demandó una participación dirigida al personal interviniente con afectados (profesionales de salud mental y otros sanitarios), que se traduciría, inicialmente, en una propuesta de trabajo conjunto a partir de las necesidades planteadas por ellos: un taller de apoyo psicosocial en emergencias.

El día 15 de febrero nos desplazamos a R. Dominicana los autores de este artículo en calidad de cooperantes sanitarios: uno, psiquiatra, responsable del proyecto de salud mental con ese país; y el otro, trabajador social sanitario, especializado en salud mental en emergencias.

Una vez allá, una reunión inicial con los responsables de dicha dirección de Salud Mental, nos permitió conocer el trabajo desarrollado hasta ese momento, el plan diseñado, las dificultades, la situación actual y, más concretamente, nuestro trabajo a realizar en los siguientes 7 días.

Grupos de intervinientes

A partir de la puesta al día y las necesidades de colaboración específicas planteadas, se diseño el plan de trabajo diario y se concretó que los grupos de intervinientes con los que trabajar serían:

  • Psiquiatras y psicólogos de las brigadas itinerantes de salud mental que participaron y/o que seguían participando con la población afectada.
  • Personal sanitario del hospital municipal General Melenciano ubicado en la localidad fronteriza de Jimaní (R. Dominicana).
  • Brigadas itinerantes de salud mental en el terreno.
  • Personal sanitario y de salud mental ubicado en el albergue de emergencia exterior de Fond Parisien (Haití).
  • Personal cuidador en las casas de acogida para haitianos que se desplazaron hasta Santo Domingo.
  • Intérpretes.

Trabajo con psiquiatras y psicólogos de las brigadas de salud mental

Taller con equipos salud mental. R. Dominicana

Taller con equipos salud mental. R. Dominicana

En la Universidad Católica y en la sede del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, ambos ubicados en la capital dominicana (Santo Domingo), se llevaron a cabo dos encuentros con 60-70 psicólogos y psiquiatras de R. Dominicana, integrantes de las brigadas itinerantes de salud mental, que intervenían con población afectada.

Se trataba de espacios generados con los objetivos de:

  • Hablar y compartir la experiencia.
  • Posibilitar la puesta en común de situaciones concretas y propuesta de soluciones.
  • Aportar asesoramiento psicosocial en las intervenciones que se estaban llevando a cabo y las próximas a realizar, tanto con intervinientes como con población afectada.
  • Ofrecer pautas para el cuidado de la salud mental de los intervinientes.

Y en ellos se trabajaron temas como:

  • Reacciones psicológicas.
  • Evacuación y albergue de emergencia.
  • Muerte y duelo.
  • Secuelas postraumáticas (depresión, TEPT, ansiedad,…),
  • La atención a familias, los niños…
  • Reacciones y cuidado de los intervinientes.
  • Rehabilitación psicosocial, etc.

Trabajo con personal sanitario del hospital municipal General Melenciano

En relación al trabajo realizado con el personal delHospital municipal G. Melenciano, es oportuno aportar algunas referencias del mismo para ubicar la actividad.

Este hospital está situado en Jimaní (R. Dominicana), localidad fronteriza con Haití y que dista unos 280 Km. de Santo Domingo. Es un hospital de 2º nivel, tiene 32 camas, especializado en obstetricia y ginecología. En él trabajan unos 120 profesionales de diferentes disciplinas. El 60% de la población que atiende habitualmente (antes del terremoto) es haitiana.

¿Qué pasó a continuación del terremoto? La visión desde el hospital G. Melenciano:

El día 12 de enero a las 11 de la noche se recibió el primer paciente.

De repente se convirtió en hospital traumatológico… “La gente llegaba en lo que sea…”, “gente con la cabeza aplastada… sin pierna…niños, mujeres embarazadas…”. Diversos hospitales de R. Dominicana empezaron a enviar personal.

En 25 días se atendieron unos 1.800 pacientes, todos traumatológicos; se llegó a atender en un día a 185 pacientes. Los días 12, 13, 14 y 15 fueron los peores. Murieron 6 personas en el hospital.

El personal, durante esos días, durmió una media de 3 horas diarias: “la gente nos necesitaba…”, “perdí la noción del tiempo…”. Como fortaleza el personal apuntó: “Nos ayudó la experiencia del 24 de mayo de 2004, las inundaciones de Río Blanco…”.

Cuando tomamos contacto con ellos ya no quedaba ningún paciente ingresado vinculado al terremoto. El centro había vuelto a la normalidad hacía 5 días.

A partir de estas breves referencias que dan una idea básica de la situación, se refieren las tareas realizadas: se llevó a cabo una experiencia conjunta con la brigada de salud mental entrante, con la cual nos desplazamos hasta allá desde Santo Domingo.

Una primera actividad fue un encuentro con el director del hospital (Dr. Francisco Moquete) con un objetivo de evaluación: conocer la vivencia, tanto personal como de su equipo; así como conocer la situación actual.

Valorada la situación se propuso unasesión de trabajo grupal con intervinientes sanitarios dirigido a:

  • Facilitar hablar de la experiencia entre ellos.
  • Posibilitar el desahogo.
  • Conocer y evaluar estrategias de autocuidado en salud mental.
  • Detección de profesionales en riesgo de trastorno psicológico.
  • Ofrecer apoyo psicológico individualizado a quienes se valoró necesario-recomendable.
  • Pautas para el cuidado de la salud mental en el personal sanitario hospitalario del hospital G. Melenciano.
  • Dar inicio a un trabajo post-catástrofe a cargo de las brigadas de salud mental: continuidad de sesiones grupales, tratamientos individualizados, etc.

Como propuesta se consideró necesario que continuara abierto un espacio de trabajo grupal con el personal sanitario interviniente en la catástrofe con los objetivos de:

  • Posibilitar el desahogo.
  • Compartir la vivencia con el resto de compañeros de trabajo.
  • Detectar posibles personas que, en el paso del tiempo, precisaran atención individualizada.

Trabajo de apoyo a las brigadas itinerantes de salud mental

Estas brigadas estaban gestionadas por la Dirección General de Salud Mental de R. Dominicana y fueron creadas a partir de un llamamiento nacional de ésta para colaborar en el apoyo a la población haitiana. Se desplazaban a Jimaní, y a otros puntos de R. Dominicana, durante una semana en que eran relevadas por otro equipo.

Se mantuvieron encuentros con brigadas de salud mental (entrante y saliente) y a partir del conocimiento de su dinámica de trabajo se sugirió:

  • Mantener en los relevos de las brigadas tiempo y espacio, tal como se estaba haciendo, para compartir-intercambiar información acerca de:
    • Detalle de actividades realizadas.
    • Actividades que precisan continuidad.
    • Cambios surgidos.
    • Precauciones.
    • Imprevistos acaecidos.
    • Sugerencias, etc.
  • Es conveniente que el equipo saliente, a los dos o tres días de dejar la actividad en el terreno tenga una sesión grupal, tipo debriefing o similar. Esta actividad debe ser llevada a cabo por uno o dos profesionales que en ningún momento hayan tenido o tengan actividad directa o indirecta en relación con la catástrofe.
  • Por diversas razones, entre otras por seguridad personal, todos los intervinientes de una emergencia deben ir clara y visiblemente identificados. En este sentido se recomendó que el personal de salud mental dispusiera, además de la identificación personal, de chalecos reflectantes y claramente identificativos del servicio al que pertenecen.

Tareas en el albergue de emergencia exterior (Love a Child – Fond Parisien, Haití)

Niño con amputación alojado en albergue de emergencias (Fond Parisien, Haití)

Niño con amputación alojado en albergue de emergencias (Fond Parisien, Haití)

Se trata de un espacio de la ONG Love a Child, ubicado en Fond Parisien (Haití), a 30 km. de la capital haitiana (Puerto Príncipe) y a unos 10 km. de Jimaní.

Se estableció como espacio de convalecencia, de hecho la ONU lo tenía considerado como centro postquirúrgico, de las altas médicas del hospital Melenciano de Jimaní y del barco-hospital de EE.UU. fondeado en la bahía de Puerto Príncipe. En él había unas 240 personas albergadas en tiendas de campaña: niños, adultos, ancianos, y sus acompañantes. En torno al 60% presentaban amputaciones.

Este albergue exterior estaba atendido por profesionales canadienses, brasileños, dominicanos, ecuatorianos y estadounidenses. En cuanto a profesionales de salud mental sólo contaban con una psicóloga y una psiquiatra.

En cuanto a las tareas llevadas a cabo, previamente hay que comentar, a modo de punto de partida, que:

  • La intervención psicosocial forma parte del conjunto de actuaciones en la emergencia.
  • La participación de los afectados y la autoresponsabilidad es básica para su recuperación psicosocial.
  • Es necesaria la consideración de los aspectos culturales de la población afectada en las diferentes actividades de la vida social.
  • Los albergues exteriores son la peor opción para la población afectada.

Como acciones desarrolladas se apunta:

Con el objetivo de conocer la realidad (gestación del albergue, características de la población, evolución, dificultades, recursos, etc.), se mantuvo encuentro con la directora médica del albergue (Dra. Jeniffer) y con una única psicóloga, integrante de un equipo ecuatoriano.

Adulto alojado en albergue de emergencia (Fond Parisien, Haití)

Adulto alojado en albergue de emergencia (Fond Parisien, Haití)

Por las características de las personas albergadas en este escenario (personas convalecientes con acompañantes), a la vista de la situación conocida sobre el terreno, se podía considerar que la fase de emergencia se habría superado ya; y, por tanto, se estaría en tránsito a la rehabilitación, tanto física de las personas que habían requerido alguna amputación de miembros, como psicosocial.

Valorada la situación psicosocial se hicieron las siguientes sugerencias:

  • Procedería la elaboración de un plan específico para este escenario, probablemente como parte de un plan a nivel nacional con compromiso de diversas instituciones estatales.

Si no se habían realizado ya, procedería:

  • Identificación y registro de estado y situación de las personas albergadas. Especial atención a: Niños solos; niños impactados; niñas, adolescentes y jóvenes no acompañadas; incapacitados físicos, mentales y sensoriales; ancianos solos; familias monoparentales sin apoyo.
  • En relación con los grupos de personas anteriormente citadas: identificación inconfundible; identificación de su cuidador principal (padre, madre, etc.); identificación de entradas y salidas del albergue en presencia del cuidador; identificación de particularidades y necesidades específicas.
  • Reunificación familiar en los casos pendientes.
  • Localización de familiares no contactados entre sí todavía.
  • Contar con voluntariado mínimamente formado, a cargo de los fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales (terapistas), para apoyar y acompañar a las personas en la realización de ejercicios indicados para su rehabilitación física.
  • Asesorar y organizar al voluntariado en sus tareas específicas.
  • Coordinación con ONG especializadas en la atención a niños que estén trabajando en la zona (UNICEF, Infancia sin Fronteras, Payasos sin Fronteras, etc.) de cara al trabajo articulado en materia de salud mental y educación. Esta sugerencia parte de que se detectaron muchas organizaciones con distintas agendas, lo cual podría duplicar esfuerzos con el  consiguiente riesgo de debilitar esos esfuerzos existentes y crear más dificultades en maximizar el uso de recursos. Sobre todo en el contexto de Haití, un país que ha tenido una tradición extensa de apoyo internacional.
  • Es conveniente instaurar, para los intervinientes (profesionales y voluntarios) de las diferentes disciplinas, espacios (trabajo grupal, talleres, etc.) dirigidos al cuidado de su salud mental y a la detección de posibles riesgos.
  • Detección de conductas violentas y de consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas.
  • Detección de posibles muertes en núcleos familiares, no conocidas por no haber sido manifestadas por los miembros de la familia.
  • Reubicación de los albergados en espacios interiores (tipo casas de acogida, casas prefabricadas, acogimiento familiar temporal, etc.) en tanto, no puedan regresar a su lugar de procedencia. No separar a los miembros de una misma familia.
  • Impulsar progresivamente la rutina diaria de los albergados: Organización de la vida comunitaria contando con la colaboración de los líderes que, al parecer, ya han sido detectados; distribución de tareas y responsabilidades, recuperar la actividad escolar, etc.

Tareas en relación con las casas de acogida

Son casas, generalmente, de planta única con capacidad variable, siendo la media de ocupación de 10 personas. La mayoría de las casas estaban ocupadas por gente convaleciente, proveniente de alta hospitalaria.

Sus propietarios son organizaciones religiosas, ONGs, incluso privados. En Santo Domingo había 6 casas de acogida y en el resto de República Dominicana 9 casas.

Intervenciones llevadas a cabo en relación con las casas de acogida:

  • Conocimiento de la situación psicosocial de este espacio.
  • Detección de personas, familias y cuidadores en riesgo en materia de salud mental.
  • Pautas al personal cuidador.

Trabajo con intérpretes

Punto de partida:

  • El idioma habitual de la población haitiana es el creòle y no el francés, como mucha gente creíamos. Esto creó una dinámica interesante, ya que los dominicanos/as no hablan creòle y pocos hablan francés lo cual generó ciertas barreras en el servicio y el apoyo; y, a pesar de que ambos países comparten la misma isla, hay diferencias socioculturales marcadas entre ambos (y antecedentes históricos que han fragmentado a ambos).
  • Se contabilizaron solo dos traductores: una traductora recién incorporada con las brigadas de salud mental; y un traductor en el campo de Fond Parisien que llevaba más de 1 mes para atender las demandas de todo el campo. Ambos muy jóvenes. No tenían conocimientos vinculados a salud mental. No se habían visto involucrados, ni personal ni profesionalmente, en situaciones críticas.

Valorada la situación se platearon como sugerencias:

  • Necesidad de reforzar el número de traductores.
  • Así mismo, integrar al traductor como parte del equipo. Se pretende así que no se sienta ajeno a la tarea, incluso aislado; y una mayor motivación para la misma.
  • Los traductores no tienen formación en sus posibles reacciones de estrés y autocuidado en salud mental, por lo que sería interesante una información básica al respecto.
  • Detección de síntomas indicadores de malestar psicológico y tratar.

Sugerencias finales

Como colofón a la experiencia de trabajo, una vez finalizada la intervención en el terreno y la posterior evaluación pertinente, nos pareció oportuno hacer algunas sugerencias que hicimos llegar a los responsables de la Dirección de Salud Mental de R. Dominicana:

  • Parece conveniente no perder de vista que la rehabilitación psicosocial va a llevar tiempo (años) y, por tanto, no puede pensarse en contar con resultados tangibles a corto plazo.
  • Posibilitar en todo momento la coordinación entre todos los dispositivos actuantes: servicios policiales, ONGs, logistas, sanitarios, brigadas de salud mental, etc.
  • Así mismo, a la vista de la experiencia sufrida, se propone crear una red de profesionales de la salud mental especializada en emergencias y catástrofes.
  • No estaría de más, tratándose de un trabajo a largo plazo y a vista la dificultad en disponer de traductores, ofrecer a los equipos formación técnica básica de creòle.

Enseñanzas

Ya de vuelta en España, desde la distancia y el descanso, pudimos poner palabras a la experiencia y extraer algunas enseñanzas de aquellos días intensos. Aquí algunas de ellas:

Los profesionales, aun teniendo conocimientos de apoyo psicosocial en catástrofes, como es el caso, necesitaban —lo demandaron y lo agradecieron— una visión externa, “no contaminada”, consecuentemente con más posibilidades de objetividad que:

  • Les reafirmara en sus actuaciones.
  • Aportara sugerencias.
  • Clarificara.
  • Con la que compartir impresiones y puntos de vista.

En definitiva: sentirse apoyados, supuso un logro en el objetivo de contribuir a cuidar a los intervinientes.

Creemos que una ayuda externa verdadera y positiva, ha de ser de apoyo: 4

  • Protección, auxilio o favor.
  • Fundamento, confirmación o prueba de una opinión o doctrina.

Es decir, en este caso:

  • Circunstancial (la propia emergencia-catástrofe).
  • En el marco-enfoque de trabajo ya establecido y que se está desarrollando por los gestores y/o intervinientes.
  • En interrelación con ellos.
  • Organizada.
  • Limitada en el tiempo (con un final).

En el trabajo en emergencias o catástrofes en el exterior, la eficacia de las intervenciones, además de la posible vida “no profesional” en el terreno, están condicionadas por el conocimiento/desconocimiento del idioma y los aspectos sociales-culturales de la población y de los intervinientes a los que se apoya. Por tanto, en el objetivo de cuidado de la salud mental del cooperante, le exige a éste conocimiento, respeto, adaptación a esa realidad y disposición para el aprendizaje.

Continuidad de cooperación

La buena experiencia resultante por ambas partes, propició la continuidad de colaboración entre el SALUD y la dirección de Salud Mental de R. Dominicana en materia de apoyo psicosocial en emergencias. De tal forma que, entre los meses de octubre de 2011 y mayo de 2012, se desarrolló un curso de formación de formadores en esa materia con la participación docente de profesionales de ambos países.

El curso se planteó con el objetivo de formar a personal de salud mental y apoyo psicosocial para posteriormente formar a personal voluntario y a la población en esa materia; y generar así un formación en cascada desde la premisa de que los primeros en dar apoyo a los afectados es la gente más cercana a ellos y, por tanto, es necesario que tengan formación al respecto. La actividad tuvo carácter semipresencial; una primera parte, presencial, se llevó a cabo en Santo Domingo en octubre de 2011 y, a partir de ahí, se contó con el apoyo de una plataforma web diseñada al efecto (http://www.psicosocialemergencias.com) para trabajar el resto de los temas del curso.

En este momento, la merma de apoyos para la cooperación internacional argumentada por la situación de crisis, está comprometiendo severamente la continuidad del trabajo iniciado en su día.

Referencias bibliográficas

  1. Mieses, José y Sosa, Cristabel, “Apoyo psicosocial a población haitiana desplazada posterior al terremoto del 12 de enero del 2010”, ponencia en Congreso Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA). Migración, salud mental y transculturalidad en el siglo XXI, Barcelona, 30 octubre al 1 noviembre de 2010.
  2. Ministerio de Salud Pública- Programa Nacional de Salud Mental de República Dominicana y Organización Panamericana de la Salud, “Apoyo psicosocial a población haitiana desplazada posterior al terremoto del 12 de enero del 2010. Informe técnico. Enero-abril del 2010”.
  3. Wikipedia, “Terremoto de Haití de 2010” en: http://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_de_Hait%C3%AD_de_2010 (fecha de consulta: 23-04-2012)
  4. RAE – Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, 22ª ed., en: http://www.rae.es

Nota de los autores:

Algunas de las informaciones aparecidas aquí fueron presentadas como comunicación el 31 de octubre de 2010 en el marco del Congreso de la Asociación Mundial de Psiquiatría.

Este artículo se publica simultáneamente en la revista Agathos. Atención Sociosanitaria y Bienestar, nº 4 diciembre 2012.

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